lunes, 27 de octubre de 2008

Casi

NACHO VEGAS:
EL HOMBRE QUE CASI CONOCIÓ A MICHI PANERO


Los Panero son esa familia de intelectuales y poetas tan geniales como locos, y no es un término gratuito ya que Leopoldo María reside de manera permanente en el psiquiátrico de Mondragón y todos ellos han sido tan exquisitamente refinados y cultos como entregados a los excesos. Los interesados deben ver, si no lo han hecho ya, el crudo retrato cinematográfico que es El desencanto. Michi es el nombre con el que se conocía a José Moisés, el menor de los hermanos, poeta como el resto y como lo fueron su padre y su tío.

Era inevitable que una joven generación de escritores y músicos se viera atraída por la personalidad esquiva y maldita de estos intelectuales de clase alta, reivindicados en ocasiones por muchos que apenas han leído su obra. El caso es que Nacho Vegas, admirador de los Panero, concertó hace un tiempo una entrevista con Michi por medio de un amigo común y contaba los días para verlo. Pero cuando se acercó el momento, Nacho se vio vencido por su timidez y por el miedo ante un hombre con fama de agresivo y muy extraño, de manera que la cita se canceló. Michi murió en 2004 y el encuentro nunca se produjo, con lo que Nacho se autodenominó El hombre que casi conoció a Michi Panero y firmó uno de sus mejores temas, una confesión llena de cinismo e ironía en la que un viejo amoral y algo verde, llegado al final de sus días, espeta a sus congéneres: lo he pasado bien y casi conocí en una ocasión a Michi Panero, y es bastante más de lo que jamás soñaríais en mil vidas. Con quien sí se encontraría es con Leopoldo María y junto a Enrique Bunbury realizarían un pequeño documental que merece la pena que localicen en Youtube.

Esta canción se incluye en el que para mí es el mejor disco del asturiano, junto a Actos inexplicables, y nos presenta a un Nacho que se ríe de sí mismo y de todos, que nos anima incluso a bailar y dar palmadas al son de las guajettes, rompiendo la fama de soporífero que le cuelgan sus detractores. Un Nacho brillante y que destila sentido del humor, como ya se ve en la portada del single, sacada de la película El hombre con el brazo de oro.

Para mí, el hombre que casi conoció a Michi Panero es el hombre que no llegó nunca a nada, puesto que su mayor objetivo era conocer a un poeta maldito y ni siquiera pudo alcanzarlo. Es el hombre del "casi", es decir, una metáfora de la mediocridad. Cuando uno va a las comidas familiares y le llaman "comodín", por aquello de poder sentarle en cualquier lugar, se convierte en el gran desconocido, la persona del "casi". Nadie sabe de su vida, con quién duerme, con quién trabaja, a quién escucha, a quién vota, simplemente es aquel familiar con el que "casi" hablaron una vez, el que "casi" hizo algo digno de mención pero nunca llegó a nada.

Y sin embargo, el "comodín" llega un día a su casa, se enfunda un batín y lanza un discurso punzante y sin escrúpulos a los que "casi" le conocen pero en realidad no saben de él en absoluto. ¿Qué quereis de mí? ¿Es mi alma o es mi dinero? Si de uno carezco y la otra es una anomalía en esta vida.

Hacía "casi" un par de años que no escuchaba esta canción y ayer me asaltó, sumida en la oscuridad de la carretera que va de Madrid a Valencia. Como no quiero tomarme en serio, sigo los consejos del gran Nacho, me pongo el batín y os digo eso de fracasé una vez, fracasé diez mil y aun así alzo mi copa hacia el cielo en un brindis por el hombre de hoy y por lo bien que habita el mundo.

Feliz lunes.

Nacho Vegas: El hombre que casi conoció a Michi Panero
(Desaparezca aquí, 2005)




PD: que Nacho Vegas es un gran autor y un pésimo actor es algo sobre lo que no merece la pena entrar porque salta a la vista que tiene la expresividad de un calamar en su tinta... ;)

1 comentario:

Anónimo dijo...
Este comentario ha sido eliminado por un administrador del blog.