Mostrando entradas con la etiqueta gainsbourg. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta gainsbourg. Mostrar todas las entradas

miércoles, 23 de junio de 2010

Domingo de cine

CHARLES AZNAVOUR: PARCE QUE
Gainsbourg (vie érotiqu.. digoooo, héroïque) ;)


Pues sí, el domingo para culminar un nuevo fin de semana grandicioso nos fuimos al cine, a ver el estreno de Gainsbourg (vie héroïque) en Cinema Jove. Mira que tenía yo ganas de hincarle el diente a esta peli que se estrenó a finales de enero en Francia y que ya había perdido la esperanza de ver. Pues no me decepcionó, es más, me sorprendió y mucho, por su estética y porque no es un biopic al uso.

Antes de empezar el propio director estaba allí para introducir su obra y dijo dos cosas interesantes. Que Gainsbourg (vie héroïque) es un musical “pero no como Cantando bajo la lluvia o Un americano en París”, y que había decidido mostrar en su película un París idílico, alejado de la realidad. “Sé que hay cineastas que entienden el cine como un reflejo de la realidad pero para mí el cine es cine, quizás es porque no me gusta la realidad de mi país”, dijo Joann Sfar, en un más que correcto español. Sfar debuta en el cine con esta película pero en realidad es un afamado dibujante de cómics, lo que queda patente desde los títulos de crédito; de hecho, Gainsbourg (vie héroïque) es una adaptación de una novela gráfica suya. Como biopic quizás resulte superficial pero es que esto es un cuento sobre la figura de Serge Gainsbourg, más que un relato exhaustivo de su vida. Durante dos horas se suceden varios episodios en los que se mezclan anécdotas reales, personajes fantásticos y escenas oníricas, ofreciendo un reflejo de la evolución de este artista: desde su niñez en la acomodada familia judía que potenció su talento para el dibujo y la música, hasta su debut en clubs nocturnos y, cómo no, la presencia de las mujeres en su trayectoria: Juliette Gréco, Brigitte Bardot, Jane Birkin, Bambou… Sin profundizar en exceso, Sfar quiere especialmente mostrarnos el interior de Gainsbourg, el por qué de su actitud y su personaje y para ello se inventa un amigo invisible, su “gueule”, que es su “jeta”, el alter ego que siente en sus adentros y que le permitirá luchar contra su fealdad y sus limitaciones y alcanzar la cima del éxito y del amor. Cuando consigue dar vida a su propio personaje tratará de alejar a este ser que, como adivinarán, jamás podrá separarse del hombre. La “gueule” es un personaje de carne y hueso, aunque sólo exista en la mente de Gainsbourg, interpretado por el mismo actor altísimo y extrañísimo que aparecía en El laberinto del fauno.

Pero sin duda lo que sobresale por encima de todo en esta película es el actor que da vida a Gainsbourg, Eric Elmosnino. Es tal el mimetismo que en algunos planos uno se sonríe fantaseando con la idea de que el viejo golfo siga vivo, en cualquiera de sus etapas vitales; de joven trajeado con cara de atontado, de moderno desaliñado o ya de cincuentón demacrado y pasado de rosca. Y no sólo eso, sino que Elmosnino canta todas las canciones y desde luego roza el notable alto, por lo acertado de su tono de voz y por su estilo. El actor consigue ser una fotocopia de Gainsbourg, en un proceso tan admirable que si ésta fuera una producción americana, podría como poco estar nominado en los próximos Oscars (aunque no perdemos la esperanza, acuérdense de Marion Cotillard en La Môme).

Muy acertadas también Laetitia Casta como Brigitte Bardot y Lucy Gordon, como Jane Birkin, con ese delicioso acento inglés al hablar francés, tan característico de la ex de Gainsbourg. Lucy Gordon se suicidó pocos meses de hacer la película y por eso Sfar se la dedica en los créditos finales.

Creo que Gainsbourg (vie héroïque) se estrena el mes que viene en el resto de España. Yo de ustedes no lo dudaba, especialmente si son admiradores del gran Lucien. Vayan a verla y luego me cuentan.

Como hemos escuchado a Gainsbourg decenas de veces por estos lares, me permito traerles a Aznavour con Parce que, la canción que Serge tararea en varias ocasiones en la película, reflejando que el armenio fue una influencia clave en su carrera. Aunque como le dice Juliette Gréco en una de las ocasiones en que le cita en su piso a altas horas de la madrugada, “si hubiera querido escuchar a Aznavour no le habría llamado a usted”.



Y aquí, para ponerles los dientes largos, un poco de Gainsbourg (vie héroïque).



jueves, 20 de mayo de 2010

Bajo la ciudad

SERGE GAINSBOURG: LE POINÇONNEUR DES LILAS
Sous mon ciel de faillances,
je ne vois briller que des correspondances


Últimamente viajo mucho en metro, por motivos de trabajo. Desde mis tiempos de facultad no había vuelto a utilizar este medio de transporte y ahora lo hago más o menos una vez a la semana, siempre con el mismo trayecto: de mi oficina a un hospital y viceversa. Hago un transbordo, pasando de una línea moderna a otra de las antiguas, la misma que hace dos años causó un trágico accidente en el que murieron casi 50 personas.

La cuestión es que en el transbordo, en el recorrido entre tren y tren que apenas dura un minuto, hay una cafetería muy escondida, diminuta, con una barrita y un par de sillas. Les podría decir, si esto fuera una película americana, aquello de "donde sirven la mejor bollería de la ciudad" pero no llego a tanto. Sí es escandalosamente barata y cuando el tiempo me lo permite (y si no también, qué demonios) suelo pararme a tomar algo. El tipo que regenta el mini-bar es también pequeño y muy serio, sin concesiones al buen humor o a las sonrisas. Creo que es argentino.

Me resulta curioso sentarme en una de las sillas a masticar y tomar café mientras veo pasar a toda esa gente que me mira con cara de extrañeza. Deben de pensar que hay sitios más atractivos en el exterior pero a mí me gusta quedarme en esa especie de limbo entre trenes, entre recorridos, en mitad de la rutina. Y observo ese pequeño submundo, la cafetería minúscula y una tienda de caramelos enfrente, en la que casi nunca veo entrar a nadie.

Aunque no me gusta repetirme, es inevitable recurrir a Gainsbourg y Le poinçonneur des Lilas, ya saben, la miserable historia del revisor que vive atrapado entre paradas y transbordos y que sólo ve los agujeros de los billetes, pensando en un agujero por el que escapar algún día de su existencia gris. Hoy sonaba esta canción en mi Ipod mientras hacía mi trayecto habitual de metros y autobuses, con la cabeza en otro sitio y los ojos igualmente perdidos. Qué maravilla de tema, no me canso de oírlo, adoro a este hombre.

Feliz jueves.

martes, 8 de julio de 2008

8 letras

SERGE GAINSBOURG: ELAEUDANLA TEÏTÉÏA
Cultivo mi dolor tecleando esas ocho letras


Un martes como un lunes, el de hoy es uno de esos días absurdos que pasan a la historia en la categoría de olvidables. Un día gris en un verano; un inicio de semana que sólo quiere convertirse en viernes. Y como el domingo me empapé con deleite de un reportaje de Gainsbourg, viene a mi cabeza esta cancioncilla, genial y sencilla a la vez, una melodía que podría tararear todo el día hasta que acabe este aburrido martes.

Hace poco surgió una duda ortográfica en el trabajo, acerca del fonema francés que "pega" dos letras, como en "coeur", en el que la o y la e deben escribirse juntas. Decidí consultar el entuerto con un compañero nativo y al teléfono me dijo las palabras mágicas: "eso se llama e dans l´o"... y entonces, junto a un recuerdo rápido de los larguísimos dictados en el colegio que yo reproducía concienzudamente, me encontré tarareando mecánicamente aquello de l-a-e dans l´a-t-i-t-i-a, o lo que es lo mismo, el Elaeudanla Teïtéïa de Gainsbourg que, con este galimatías fonético, no hace más que deletrear el nombre de su amada: Laetitia, en latín Leticia y "alegría" (no se sorprendan, estuve a punto de llamarme Laetitia Dumont, pero escrito así, Laetitia, no me fueran a confundir años después con cierta periodista venida a más...).

Con su habilidad habitual para jugar con las palabras, Gainsbourg nos ofrece en esta cancioncilla las posibilidades de su voz, saltando de una sílaba a otra, con el aire jazzy que tanto le gustaba, mientras habla del nombre que escribe en una Remington portátil: L A E T I T I A. Si hay que ir a la deriva, yo voy por ti, le dice a Laetitia, a la que advierte de que ningún día se parece al anterior.

Una tonadilla maravillosa del gran Serge, para pasar un día que se parece a muchos otros días. Feliz martes. :)


Serge Gainsbourg: Elaeudanla Teïtéïa (1968)

miércoles, 21 de mayo de 2008

Eurovisión perrea

FRANCE GALL: POUPÉE DE CIRE, POUPÉE DE SON

Basta ya de lloriquear, que estamos cruzando la línea en cadaunosurazon peligrosamente... Hoy volvemos a hablar única y exclusivamente de música y cómo no, hay que hablar de Eurovisión. Sí, amiguitos, aunque me perdonarán que traicione a la patria y no me fije precisamente en España... En 1965 una canción pop ganaba el archiconocido festival y estaba compuesta por Serge Gainsbourg, Poupée de cire, poupée de son en voz de la virginal France Gall, que representaba a Luxemburgo. Para los más avezados, sí, hemos hablado ya de esta canción aunque no la hemos escuchado.

Nunca he sido muy aficionada a Gall, me rechina un poco el tono chillón de su vocecita infantil pero tengo que reconocer que Baby Pop es un gran disco y la francesita tiene canciones preciosas. Cuando se presentó a Eurovisión, France tenía apenas 18 años y empezaba a ser conocida con un par de singles. Su victoria en el concurso fue su despegue con una canción de letra equívoca, como es habitual en Monsieur Gainsbourg. Por aquel entonces, el provocador ya había decidido llenarse los bolsillos componiendo excelentes canciones pop para chicas yeyé del momento. En ese mismo año, España quedaba en el último puesto con 0 puntos, gracias a Conchita Bautista y Qué bueno, qué bueno, ejem... Por cierto que, al calor del éxito obtenido por Gall, la Bautista grabó poco después una versión muy cañí (el flamenco pop de la época) del Poupée de cire y es que la Bautista era una gran versioneadora de los felices años yeyé. Nota curiosa para sobresaliente: la letra hispana era bastante fiel al original (ese inicio: soy tan sólo una muñeca que no sabe de amor) pero no se molestaron en traducir el estribillo, ¿para qué?, debieron pensar. Segunda nota curiosa: ese single obra en mi poder, creo que también lo compré por 100 pesetas. Cuando quieran, se lo presto.

Poco más hay que decir. Le deseamos suerte (¿o no?) a Rodolfo y perrea perrea... ;)

martes, 8 de abril de 2008

La semana de... (y V)


SERGE GAINSBOURG: LES FILLES N´ONT AUCUN DÉGOÛT
Gainsbourg se ríe de sí mismo


Gainsbourg lo tenía muy claro: "la belleza es fugaz, la fealdad dura siempre". Fue objeto de las más duras burlas por su aspecto físico, especialmente al sacar su primer trabajo discográfico, y su respuesta fue una gran corte de mangas, del brazo de las féminas más impresionantes del momento. Cómo calificar, si no, a Jane Birkin o Brigitte Bardot. Amén de su anterior esposa, una chica preciosa y millonaria. Algo tendría su agua cuando tantas la bendecían...

La semana de homenaje toca a su fin. Hemos dejado muchos temas en el tintero pero ha sido premeditado, sería terrible autocondenarnos a no hablar nunca más de este genio así que preferimos paladear más adelante otras canciones suyas. Para la despedida, un divertimento, un tema que no he encontrado más que en el Youtube pero me parece muy gracioso y una buena muestra, tanto de la química que había entre Gainsbourg y las mujeres, como de su sentido del humor basado en esa autodefensa tan habitual, "antes de que me lo digas tú, me lo digo yo".

La canción pertenece a una actuación televisiva y en ella vemos a Serge (tremendamente atractivo) flanqueado por la impresionante Jane Birkin y Sylvie Vartan, que no era lo mismo pero era una señora de muy buen ver, amén de una voz y una personalidad más que fuertes. Las dos hablan sobre el caballero, riéndose de su físico y su personalidad crápula, con un argot muy parisino, mientras él contesta algo muy simple: les filles n´ont aucun dégoût o lo que es lo mismo, pues a las chicas no les doy ningún asco. Es una autoparodia que se puede imaginar dirigida a toda una sociedad, la que empezó riéndose de él y acabó aplaudiéndole las gracias. Lo que sí es seguro es que ninguno de los que habló, bien o mal, de Serge Gainsbourg soñaría nunca con tener mujeres tan hermosas en su cama, lo cual sintetiza el triunfo del feo hijo de emigrantes rusos, artista incomprendido, enorme poeta y amante de formas caballerescas.

Gracias por su atención. :)



(Merece la pena intentar la traducción aunque sea chapucera, allá vamos)

LES FILLES N'ONT AUCUN DÉGOÛT (con SYLVIE VARTAN Y JANE BIRKIN)


JANE BIRKIN:
OH, C'QU´IL EST MOCHE! / Oh, ¡qué feo es!
AVEC SON PIF ET SES POCHES / Con esa nariz y esas orejas
SOUS SES YEUX BLASÉS / Con esos ojos cargados

SYLVIE:
OH, QUEL PHYSIQUE! / Oh, ¡qué físico!
TOUJOURS SON P'TIT AIR CYNIQUE / Siempre con su airecito cínico
ET JAMAIS RASÉ / Y nunca afeitado

SERGE GAINSBOURG:
OUI MAIS LES FILLES N'ONT AUCUN DEGOÛT / Sí pero, a las chicas no les da ningún asco
POUR L'AMOUR CELUI DES SOUS / Por el amor del dinero
ELLES SE VAUTRENT DANS LA BOUE / Se tiran al barro
LES FILLES N'ONT AUCUN DEGOUT / Las chicas no tienen ningún asco
J'AI QU'UNE SALE GUEULE J'SUIS QU'UN VOYOU / Tengo una pinta horrible, soy un gamberro
MAIS ELLES SE PENDENT TOUTES A MON COU / Pero todas se cuelgan de mi cuello

JANE BIRKIN:
AH QUELLE SALE GUEULE! / Ah, ¡vaya careto!
ELLE SUFFIRAIT A ELLE SEULE / Por sí mismo ya
À NOUS ÉCŒURER / podría asquearnos

SYLVIE:
AH, CETTE FAÇON DE / Ah, esa manera de
TOUJOURS SE FOUTRE DU MONDE / reirse siempre del mundo
SANS CESSER DE FUMER / sin dejar de fumar

SERGE GAINSBOURG:
MAIS LES FILLES N'ONT AUCUN DEGOÛT / Sí pero, a las chicas no les da ningún asco
POUR L'AMOUR CELUI DES SOUS / Por el amor del dinero
ELLES SE VAUTRENT DANS LA BOUE / Se tiran al barro
LES FILLES N'ONT AUCUN DEGOUT / Las chicas no tienen ningún asco
J'AI QU'UNE SALE GUEULE J'SUIS QU'UN VOYOU / Tengo una pinta horrible, soy un gamberro
MAIS ELLES SE PENDENT TOUTES A MON COU / Pero todas se cuelgan de mi cuello

lunes, 7 de abril de 2008

La semana de... (V)

SERGE GAINSBOURG: COMMENT TE DIRE ADIEU
La canción terminada en -ex


Ayer tocaba descanso dominical, que hasta Serge Gainsbourg descansaba el séptimo día, y era jornada de reflexiones varias, algunas divertidas y otras menos.

Gainsbourg era generoso con sus amigos y en general, con cualquiera que quisiera cantar un texto suyo. No significa esto que los regalara, obviamente, pero nunca tuvo ningún reparo en escribir para otros, como ya hemos comentado, ya fueran estrellas de una chanson que a él le parecía rancia o productos yeyé casi prefabricados.

Pero con su amiga Françoise, la cosa era distinta. El matrimonio Dutronc-Hardy tenía una estrecha relación con Serge, de hecho son padrinos de su segundo hijo, Lou. En 1968, Françoise quiere sacar un disco con varias versiones y también huye del yeyé del que tanto renegó, o al menos lo hizo de la producción de sus discos. Mística y muy personal, la altísima cantante quería por fin encontrar su estilo y lo consiguió a base de canciones dulces, teñidas de melancolía y abocadas siempre a la tristeza, algo parecido a su mirada. Hardy le cogió a Gainsbourg dos canciones para este trabajo: L´anamour y Comment te dire adieu. La primera también fue cantada por su propio autor, en una versión que mejora notablemente (en mi opinión) la de la francesa, pero el Comment te dire adieu es insuperable en la voz de Françoise, consigue darle el toque de elegancia que Gainsbourg imprime en todas sus canciones y muestra los mejores momentos de su voz (ese tono suave, más parecido al de su primera época, lejos de los agudos de los últimos años). Otras curiosidades de este trabajo son el Suzanne de Leonard Cohen o el Lonesone town de Ricky Nelson, ambos traducidos y, si no mejorados, al menos tratados con respeto.

Françoise por supuesto no fue una amante más de Gainsbourg, a pesar de que le resultaría imposible no admirar a la bellísima señora de Dutronc. Pero, irónico y genial como era, le regaló una canción en la que los versos terminan en -ex, una sutil provocación que conjuga perfectamente con el estilo frío y distante de la francesa. Y tan flexible resultó ser el tema que hemos oído años después reinterpretaciones de lo más variopinto. También Jane Birkin la retomaría y la misma Françoise, por aquellas modas de la época, la cantaría en varios idiomas (curioso el Was mache ich ohne dich alemán, "qué hago yo sin ti").

En fin, ésta es una pildorita preciosa, sobria y con cierto toque otoñal, ideal para un lunes que empieza muy gris. :)


Françoise Hardy: Comment te dire adieu
(TV británica, 1969)





Impresionante la belleza y la elegancia (actual a más no poder) de la Hardy en esta especie de clip de Dior:

sábado, 5 de abril de 2008

La semana de... (IV)

Canción para un sábado.
SERGE GAINSBOURG: LEMON INCEST
El abuelo nos provoca


Si en España Umbral es recordado catódicamente por "¡He venido a hablar de mi libro!" y Fernan Gómez por "¡Váyase usted a la mierda!", sin duda en Francia Gainsbourg se asociará siempre al viejo (o no tanto, pero los excesos son implacables) que, borracho como una cuba, le dijo en directo a una Whitney Houston en todo su esplendor "quiero follármela".

Gainsbourg llega a los 60 tremendamente deteriorado. El cáncer inminente que acabaría con su vida y el desgaste provocado por sus abusos de tabaco, drogas y alcohol, especialmente esto último, hacen de él un abuelo prematuro al que Francia respeta enormemente por lo que representa. Y el abuelo, aunque cascado, no ha perdido ni un ápice de su sentido de la provocación, de manera que se planta en un plató televisivo entre un presentador de plástico y la jovencita Whitney, que viene a promocionar El Guardaespaldas. Mientras el maniquí trata de hacer una entrevista surreal, Serge se dedica a babear guarradas en inglés a la Houston hasta que le dedica su mejor perla: "I wanna fuck you". Momentos de desconcierto... la estrella americana no sale de su asombro y el ridículo presentador, sin saber muy bien qué decir, traduce a los espectadores franceses "le ha dicho que es preciosa...". Pero el borracho no es tonto y se dirige a la audiencia en su idioma materno: "Pas du tout, j´ai dit que je voudrais bien la baiser" ("de eso nada, le he dicho que me encantaría follármela"). Minutos antes le había advertido al Ramón García gabacho que no mintiera, "que no somos Reagan y Gorbachov". Genial ¿no?

Finalmente el genio borracho se ríe socarronamente e improvisa una disculpa con beso en la mano incluido...

Él era así y por aquel entonces ya se había autoconvertido en Gainsbarre, el Dr. Jeckyll borracho y cínico que iba más allá del Hyde al que nos tenía acostumbrados. En la última etapa de su vida, Serge publicaría sus álbumes más flojos y realizaría decenas de intervenciones catódicas como la mencionada. En esos años, como nada le importaba la opinión de la república, no tuvo reparos en coger a su hijita Charlotte (entonces contaba 11 años, hoy es actriz y cantante, que no pasa de mediocre) y hacer un dúo sobre una base de Chopin. El problema era que Charlotte y él aparecían en paños menores en el vídeo, sobre una gran cama, y que la canción hablaba claramente de incesto. La niña decía cosas como el amor que no haremos nunca es el más bello, el más violento, el más puro, el más intenso, a lo que papá contestaba exquisita esquiva, niña deliciosa, mi sangre y mi carne, mi bebé, te quiero tanto. No es precisamente el De niña a mujer pero qué más da, es Gainsbourg. El tema, todo hay que decirlo, suena como si cantara un gato con la cola aplastada, pero de alguna manera tiene algo de hipnótico. El título, por cierto, refleja la capacidad de Gainsbourg de retorcer a su gusto el lenguaje. Un zeste de citron, en francés, sería "La piel del limón", pero héte aquí que en inglés, Lemon incest pasa a significar algo totalmente distinto. Monsieur Gainsbourg no ha perdido su lucidez...

Encuentro con Whitney Houston en el show de Michel Drucker:



Serge et Charlotte Gainsbourg: Lemon incest
(Love on the beat, 1984)


viernes, 4 de abril de 2008

La semana de... (III)


SERGE GAINSBOURG:
JE SUIS VENU TE DIRE QUE JE M´EN VAIS
Gainsbourg es elegante hasta para decir adiós

Es viernes. Podemos relajarnos, entregarnos a nuestro vicio cotidiano preferido, uno de esos vicios pequeñitos, mínimos, casi imperceptible, que a nadie molestan: un cigarro al anochecer, una copita de licor, un beso, una buena película... De fondo puede sonar Monsieur Gainsbourg con una de mis canciones favoritas. Algo tan simple como decir he venido a decirte que me voy.

En 1973 Serge Gainsbourg publica esta joyita en su disco Vu de l´extérieur. El artista ya es un mito y ya se permite en público todos los vicios y desplantes imaginables, porque hace lo que le da la gana. Porque él lo vale. Cuentan los expertos que Gainsbourg huía de la chanson y quería reinterpretarla, darle una vuelta de tuerca a través del tamiz del pop, la electrónica, en ocasiones el reggae, el rock. Yo creo que todos los franceses beben de la misma fuente, la reinterpreten o no, y si no, ¿por qué se parecen Dutronc, Brel, Dominique A, Gainsbourg...?

Por otra parte, muchos beben de ellos y si ya comentamos que Melody Nelson ha sido el disco de cabecera de muchos modernos anglosajones, si escuchamos este tema, o L´anamour, La javanaise o L´eau à la bouche, entenderemos mucho mejor de dónde salen Jarvis Cocker, Richard Hawley y demás.

Je suis venu te dire que je m´en vais es la historia de un adiós, car tu m´en as trop fait, "porque me has hecho demasiado". A veces, Gainsbourg se ponía serio y teñía su voz de una melancolía adulta, gris y triste, suponemos que la misma que le invadió cuando Birkin le abandonó. Y en esos momentos, surgen temas como éste, que por un instante te sumen en el silencio y en la reflexión más íntima. Porque no todo eran cigarros, drogas, birkin y jadeos.


jueves, 3 de abril de 2008

La semana de... (II)

SERGE GAINSBOURG: L´HISTOIRE DE MELODY NELSON
Gainsbourg encuentra a Lolita

En plena década de los 60, Francia vive rendida al yeyé y Gainsbourg, tras haber probado con el jazz (su debilidad) con repercusión escasa, decide ganar dinero componiendo temas para estrellas emergentes. Su relación (profesional) con France Gall es seguramente la más rentable. Para ella hace temas como N´écoute pas les idoles, la estupenda Laisse tomber les filles (hoy revitalizada gracias a April March y Tarantino) y la archiconocida Poupée de cire, poupée de son, ganadora de Eurovisión y hit de todos los tiempos, que la Gall cantó con apenas 20 años. La letra habla sobre una muñeca que no sabe del amor y refleja su inocencia en sus canciones, un texto que ha tenido miles de interpretaciones, desde el plano sexual hasta una metáfora de la industria discográfica. Lo cierto es que Gainsbourg nunca escribió una canción en la que no hubiera que leer entre líneas, ni siquiera sus éxitos yeyé. Esto le jugaría una mala pasada a la Gall, una estrellita post-adolescente tutelada por su padre, cuando cantó Les sucettes. Algo que hoy en día nos parece obvio (a Annie le gustan las piruletas de anís -pronunciado "annie"-, les dan a sus besos sabor a anís, Annie está en el paraíso con ellas, chupándolas con su lengua) por aquel entonces no se lo pareció a los Gall y cuando la jovencita inocente comprobó horrorizada la interpretación que recibía su canción, llegó incluso a retirarse una temporada para superar el disgusto. Gainsbourg y ella nunca perderían la amistad.

Divorciado ya de su primera mujer, Serge empieza a ganar francos y popularidad. Conoce a una jovencísima y explosiva Brigitte Bardot, con quien vive una aventura corta pero intensa, que le da incluso para grabar un disco, Initials B.B.. También le regalará varias canciones. En el 67 llegará el amor de su vida, su musa y la que nunca le abandonaría, incluso divorciados. Jane Birkin era una veinteañera londinense de familia muy acomodada que participó en Blow up fugazmente gracias a su espléndido físico y se movía como pez en el agua en el famoso swingin' london. Tras divorciarse (con unos 20 años) del millonario compositor John Barry (Tiburón) llega a París para pasarlo bien y dedicarse a la farándula y allí, a finales de los 60, conocerá a Gainsbourg en un rodaje. El flechazo es inmediato y de nuevo el caballero orejudo le dedica un álbum a su musa: 69, année érotique. Sobran las explicaciones.

Gainsbourg y Birkin se convierten en la pareja más ardiente de la época. Destilan sensualidad, provocación y belleza y a la vez muestran un amor fuerte e intenso. Gainsbourg había grabado un tema sexualmente muy explícito con B.B. pero ésta le pidió que lo guardara, de manera que finalmente sería Jane la que jadeara con tanto empeño en Je t´aime, moi non plus, un escándalo de la época y un título muy en la línea del feo socarrón. En 1971, inspirado por la Lolita de Nabokov, Serge publica el que está considerado "primer álbum conceptual", L´histoire de Melody Nelson, una obra en la que encadena siete canciones alrededor de la pasión y desengaño de una menor, Melody Nelson. Quién mejor que la impresionante Jane para dar vida a este disco en imágenes.

De este disco han dicho que es un poema sinfónico y está considerado uno de los más influyentes de la historia del pop, del rock o de lo que sea. De algunas canciones se han hecho decenas de versiones, a cargo de los modernos más modernos de nuestra época.

Gainsbourg lo ha conseguido: se ríe del mundo derrochando vicio.

1. MELODY



2. BALLADE DE MELODY NELSON



3. VALSE DE MELODY



4. AH! MELODY



5. L´HOTEL PARTICULIER



6. EN MELODY



7. CARGO CULTE

miércoles, 2 de abril de 2008

La semana de...

MONSIEUR GAINSBOURG CUMPLE 80 AÑOS

Dicen que John Wayne dejó escrito un epitafio en español que nunca llegó a inscribirse en su lápida y que rezaba "Feo, fuerte y formal". Si Serge Gainsbourg necesitara un epitafio yo le diría "Feo, fuerte e informal" aunque probablemente Monsieur Ginsburg (que así se apellidaba en realidad, Lucien de nombre) se reiría de mí, mirándome con sus ojos llenos de vicio tras una nube de humo y murmuraría algún improperio. Y con toda seguridad, yo caería a sus pies.

Como cayeron todas las impresionantes mujeres que Serge Gainsbourg atesoró en su vida, todas se rindieron a sus encantos aunque no necesariamente compartieran cama con él. La Birkin, la Vartan, Hardy, Gall, BB, Marilou... Para todas ellas, Serge quiso tener un detalle, les regaló su amor en forma de canciones y las subió a lo más alto de sus altares personales, hasta para su propia hija tuvo algo de esta generosidad, rozando los límites, como siempre, y provocando a las mentes bienpensantes. Y las adoró, como sólo él supo, fue un perfecto caballero con todas tal y como recuerda la mujer que le rompió el corazón, la hermosa Birkin. También Bardot lo sabe, ya que ella grabó la primera versión del Je t´aime... con apenas 20 años y le suplicó que nunca la editara. Él, aunque ya no estaban juntos, siempre respetó los deseos de su musa y grabó el tema con la Birkin, de quien tenía retratos enormes por toda su casa, según cuenta Françoise Hardy, que hizo suyo el genial Comment te dire adieu.

Gainsbourg encarna la canallesca inteligente, el charme de alguien que no tiene ningún encanto, la ironía del que no se respeta ni a sí mismo ("si yo fuera Dios, sería el único que no creería en mí") y el talento, que le llevó a reconvertirse cientos de veces, con mayor y menor fortuna, pero provocando siempre un alud de comentarios a su paso. Gainsbourg, un emigrante que encarna a Francia y su cultura y a la vez, para desquicio del país vecino, es un icono que siempre renegó de mayo del 68 y que representa la moral del libertinaje y el desprejuicio. Por otra parte, ¿se puede ser más francés?

Hoy el bueno de Serge cumpliría 80 años y estos días se publica una biografía suya bastante acreditada (lo que me recuerda que tengo otra no tan acreditada sobre mi mesilla esperando ser devorada). Sería imposible dedicar un post o cien a este genial creador, siempre se quedaría algo por explorar de su personalidad fascinante y arrolladora. Y no todo es rescatable, vaya por delante que no me interesan en absoluto sus flirteos con el reggae y que he oido tantos millones de veces el Je t´aime, moi non plus que he llegado a aborrecerlo. Sólo quiero rendir mi pequeño homenaje anónimo a las canciones que más me gustan y que reflejan sus muchas vertientes creativas o incluso rasgos de su carácter. Un hombre que dijo de sí mismo "mi madre era guapa, mi padre también, no veo de dónde viene mi fealdad, quizás de mi perro" o que amó intensamente, con el corazón y otros órganos, a sus mujeres, bien merece un proyecto arriesgado, pero muy justificado.

Comenzamos la semana de Monsieur Gainsbourg.


MIÉRCOLES: LE POINÇONNEUR DES LILAS
La chanson del proletario.

Ésta es la primera canción que escuché en toda mi vida de Gainsbourg, cuando nunca había oído hablar de él. Ni siquiera me enganchó entonces, sólo una década más tarde me enganché a todo lo que este hombre representa. Quizás no estaba preparada.

Le poinçonneur des Lilas hace referencia a la labor de un trabajador en la estación de metro Lilas, donde su única ocupación consiste en perforar los billetes de los viajeros. J´suis le poinçonneur des Lilas, le gars qu´on croise et qu´on ne regarde pas, así comienza su crónica de lo mediocre y la infelicidad: soy el perforador de Lilas, el chico al que se cruzan pero nadie mira, condenado a hacer agujeros (des petits trous) metido en un agujero. Et sous mon ciel de faillance, je ne vois briller que des correspondances: bajo mi cielo de fracaso sólo veo brillar los trasbordos.

Gainsbourg, casado desde joven con una respetable y rica heredera, ha permanecido en la sombra, haciendo arreglos y textos para músicos de clubs, hasta los 30 años, cuando se descubre su talento como letrista y, animado por sus compañeros, lanza su primer álbum, Du chant à la une, a finales de los 50. En él se incluye este tema, muy popular en Francia. Llegan la fama, el divorcio y el desenfreno. El joven orejudo y taciturno está a punto de dar paso a la leyenda.

miércoles, 10 de octubre de 2007

Écoute ma voix

SERGE GAINSBOURG - L´EAU À LA BOUCHE

Cosas que hacer en un puente:
1. Trabajar en el ordenador incansablemente
2. Pedalear en la bici estática incansablemente
3. Ver otra vez El apartamento
4. Celebrar un cumpleaños con cena y copa
5. No fumar

Cosas que se han realizado:
1. Trabajar en el ordenador, a intervalos
2. Leer de nuevo, en una noche, Sushi para principiantes
3. Empezar a leer Al este del Edén
4. Engancharme a 2 aventuras gráficas: Zak Kracken y Sam & Max
5. Ir de compras
6. Celebrar un cumpleaños, con ánimos bajo cero
7. Fumar. Aunque menos de lo normal


Y de fondo... Monsieur Gainsbourg. Hay dos maneras de escuchar a Serge Gainsbourg. Una es con los auriculares puestos o con traducción de letras en mano, intentando captar todos los matices de unos textos auténticamente geniales, propios de la figura más sobresaliente de la cultura francesa del siglo XX. La otra manera es dejándose llevar por melodías, acordes y por supuesto, su voz, pastosa, pegajosa, dulce y áspera como la lengua de los gatos. Hoy opto por dejarme acariciar por él.

Ya vendrán tiempos mejores. Hoy es sólo una excelente banda sonora para la mitad de una semana rara. Para una vida rara. Me dejo envolver por él, su voz, esa instrumentación a lo Mancini, su apostura de canalla. Je t´en prie, ne sois pas farouche...



PD: parafraseando al propio Serge, "dejo de fumar... cada cinco minutos"