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martes, 8 de abril de 2008

La semana de... (y V)


SERGE GAINSBOURG: LES FILLES N´ONT AUCUN DÉGOÛT
Gainsbourg se ríe de sí mismo


Gainsbourg lo tenía muy claro: "la belleza es fugaz, la fealdad dura siempre". Fue objeto de las más duras burlas por su aspecto físico, especialmente al sacar su primer trabajo discográfico, y su respuesta fue una gran corte de mangas, del brazo de las féminas más impresionantes del momento. Cómo calificar, si no, a Jane Birkin o Brigitte Bardot. Amén de su anterior esposa, una chica preciosa y millonaria. Algo tendría su agua cuando tantas la bendecían...

La semana de homenaje toca a su fin. Hemos dejado muchos temas en el tintero pero ha sido premeditado, sería terrible autocondenarnos a no hablar nunca más de este genio así que preferimos paladear más adelante otras canciones suyas. Para la despedida, un divertimento, un tema que no he encontrado más que en el Youtube pero me parece muy gracioso y una buena muestra, tanto de la química que había entre Gainsbourg y las mujeres, como de su sentido del humor basado en esa autodefensa tan habitual, "antes de que me lo digas tú, me lo digo yo".

La canción pertenece a una actuación televisiva y en ella vemos a Serge (tremendamente atractivo) flanqueado por la impresionante Jane Birkin y Sylvie Vartan, que no era lo mismo pero era una señora de muy buen ver, amén de una voz y una personalidad más que fuertes. Las dos hablan sobre el caballero, riéndose de su físico y su personalidad crápula, con un argot muy parisino, mientras él contesta algo muy simple: les filles n´ont aucun dégoût o lo que es lo mismo, pues a las chicas no les doy ningún asco. Es una autoparodia que se puede imaginar dirigida a toda una sociedad, la que empezó riéndose de él y acabó aplaudiéndole las gracias. Lo que sí es seguro es que ninguno de los que habló, bien o mal, de Serge Gainsbourg soñaría nunca con tener mujeres tan hermosas en su cama, lo cual sintetiza el triunfo del feo hijo de emigrantes rusos, artista incomprendido, enorme poeta y amante de formas caballerescas.

Gracias por su atención. :)



(Merece la pena intentar la traducción aunque sea chapucera, allá vamos)

LES FILLES N'ONT AUCUN DÉGOÛT (con SYLVIE VARTAN Y JANE BIRKIN)


JANE BIRKIN:
OH, C'QU´IL EST MOCHE! / Oh, ¡qué feo es!
AVEC SON PIF ET SES POCHES / Con esa nariz y esas orejas
SOUS SES YEUX BLASÉS / Con esos ojos cargados

SYLVIE:
OH, QUEL PHYSIQUE! / Oh, ¡qué físico!
TOUJOURS SON P'TIT AIR CYNIQUE / Siempre con su airecito cínico
ET JAMAIS RASÉ / Y nunca afeitado

SERGE GAINSBOURG:
OUI MAIS LES FILLES N'ONT AUCUN DEGOÛT / Sí pero, a las chicas no les da ningún asco
POUR L'AMOUR CELUI DES SOUS / Por el amor del dinero
ELLES SE VAUTRENT DANS LA BOUE / Se tiran al barro
LES FILLES N'ONT AUCUN DEGOUT / Las chicas no tienen ningún asco
J'AI QU'UNE SALE GUEULE J'SUIS QU'UN VOYOU / Tengo una pinta horrible, soy un gamberro
MAIS ELLES SE PENDENT TOUTES A MON COU / Pero todas se cuelgan de mi cuello

JANE BIRKIN:
AH QUELLE SALE GUEULE! / Ah, ¡vaya careto!
ELLE SUFFIRAIT A ELLE SEULE / Por sí mismo ya
À NOUS ÉCŒURER / podría asquearnos

SYLVIE:
AH, CETTE FAÇON DE / Ah, esa manera de
TOUJOURS SE FOUTRE DU MONDE / reirse siempre del mundo
SANS CESSER DE FUMER / sin dejar de fumar

SERGE GAINSBOURG:
MAIS LES FILLES N'ONT AUCUN DEGOÛT / Sí pero, a las chicas no les da ningún asco
POUR L'AMOUR CELUI DES SOUS / Por el amor del dinero
ELLES SE VAUTRENT DANS LA BOUE / Se tiran al barro
LES FILLES N'ONT AUCUN DEGOUT / Las chicas no tienen ningún asco
J'AI QU'UNE SALE GUEULE J'SUIS QU'UN VOYOU / Tengo una pinta horrible, soy un gamberro
MAIS ELLES SE PENDENT TOUTES A MON COU / Pero todas se cuelgan de mi cuello

lunes, 7 de abril de 2008

La semana de... (V)

SERGE GAINSBOURG: COMMENT TE DIRE ADIEU
La canción terminada en -ex


Ayer tocaba descanso dominical, que hasta Serge Gainsbourg descansaba el séptimo día, y era jornada de reflexiones varias, algunas divertidas y otras menos.

Gainsbourg era generoso con sus amigos y en general, con cualquiera que quisiera cantar un texto suyo. No significa esto que los regalara, obviamente, pero nunca tuvo ningún reparo en escribir para otros, como ya hemos comentado, ya fueran estrellas de una chanson que a él le parecía rancia o productos yeyé casi prefabricados.

Pero con su amiga Françoise, la cosa era distinta. El matrimonio Dutronc-Hardy tenía una estrecha relación con Serge, de hecho son padrinos de su segundo hijo, Lou. En 1968, Françoise quiere sacar un disco con varias versiones y también huye del yeyé del que tanto renegó, o al menos lo hizo de la producción de sus discos. Mística y muy personal, la altísima cantante quería por fin encontrar su estilo y lo consiguió a base de canciones dulces, teñidas de melancolía y abocadas siempre a la tristeza, algo parecido a su mirada. Hardy le cogió a Gainsbourg dos canciones para este trabajo: L´anamour y Comment te dire adieu. La primera también fue cantada por su propio autor, en una versión que mejora notablemente (en mi opinión) la de la francesa, pero el Comment te dire adieu es insuperable en la voz de Françoise, consigue darle el toque de elegancia que Gainsbourg imprime en todas sus canciones y muestra los mejores momentos de su voz (ese tono suave, más parecido al de su primera época, lejos de los agudos de los últimos años). Otras curiosidades de este trabajo son el Suzanne de Leonard Cohen o el Lonesone town de Ricky Nelson, ambos traducidos y, si no mejorados, al menos tratados con respeto.

Françoise por supuesto no fue una amante más de Gainsbourg, a pesar de que le resultaría imposible no admirar a la bellísima señora de Dutronc. Pero, irónico y genial como era, le regaló una canción en la que los versos terminan en -ex, una sutil provocación que conjuga perfectamente con el estilo frío y distante de la francesa. Y tan flexible resultó ser el tema que hemos oído años después reinterpretaciones de lo más variopinto. También Jane Birkin la retomaría y la misma Françoise, por aquellas modas de la época, la cantaría en varios idiomas (curioso el Was mache ich ohne dich alemán, "qué hago yo sin ti").

En fin, ésta es una pildorita preciosa, sobria y con cierto toque otoñal, ideal para un lunes que empieza muy gris. :)


Françoise Hardy: Comment te dire adieu
(TV británica, 1969)





Impresionante la belleza y la elegancia (actual a más no poder) de la Hardy en esta especie de clip de Dior:

sábado, 5 de abril de 2008

La semana de... (IV)

Canción para un sábado.
SERGE GAINSBOURG: LEMON INCEST
El abuelo nos provoca


Si en España Umbral es recordado catódicamente por "¡He venido a hablar de mi libro!" y Fernan Gómez por "¡Váyase usted a la mierda!", sin duda en Francia Gainsbourg se asociará siempre al viejo (o no tanto, pero los excesos son implacables) que, borracho como una cuba, le dijo en directo a una Whitney Houston en todo su esplendor "quiero follármela".

Gainsbourg llega a los 60 tremendamente deteriorado. El cáncer inminente que acabaría con su vida y el desgaste provocado por sus abusos de tabaco, drogas y alcohol, especialmente esto último, hacen de él un abuelo prematuro al que Francia respeta enormemente por lo que representa. Y el abuelo, aunque cascado, no ha perdido ni un ápice de su sentido de la provocación, de manera que se planta en un plató televisivo entre un presentador de plástico y la jovencita Whitney, que viene a promocionar El Guardaespaldas. Mientras el maniquí trata de hacer una entrevista surreal, Serge se dedica a babear guarradas en inglés a la Houston hasta que le dedica su mejor perla: "I wanna fuck you". Momentos de desconcierto... la estrella americana no sale de su asombro y el ridículo presentador, sin saber muy bien qué decir, traduce a los espectadores franceses "le ha dicho que es preciosa...". Pero el borracho no es tonto y se dirige a la audiencia en su idioma materno: "Pas du tout, j´ai dit que je voudrais bien la baiser" ("de eso nada, le he dicho que me encantaría follármela"). Minutos antes le había advertido al Ramón García gabacho que no mintiera, "que no somos Reagan y Gorbachov". Genial ¿no?

Finalmente el genio borracho se ríe socarronamente e improvisa una disculpa con beso en la mano incluido...

Él era así y por aquel entonces ya se había autoconvertido en Gainsbarre, el Dr. Jeckyll borracho y cínico que iba más allá del Hyde al que nos tenía acostumbrados. En la última etapa de su vida, Serge publicaría sus álbumes más flojos y realizaría decenas de intervenciones catódicas como la mencionada. En esos años, como nada le importaba la opinión de la república, no tuvo reparos en coger a su hijita Charlotte (entonces contaba 11 años, hoy es actriz y cantante, que no pasa de mediocre) y hacer un dúo sobre una base de Chopin. El problema era que Charlotte y él aparecían en paños menores en el vídeo, sobre una gran cama, y que la canción hablaba claramente de incesto. La niña decía cosas como el amor que no haremos nunca es el más bello, el más violento, el más puro, el más intenso, a lo que papá contestaba exquisita esquiva, niña deliciosa, mi sangre y mi carne, mi bebé, te quiero tanto. No es precisamente el De niña a mujer pero qué más da, es Gainsbourg. El tema, todo hay que decirlo, suena como si cantara un gato con la cola aplastada, pero de alguna manera tiene algo de hipnótico. El título, por cierto, refleja la capacidad de Gainsbourg de retorcer a su gusto el lenguaje. Un zeste de citron, en francés, sería "La piel del limón", pero héte aquí que en inglés, Lemon incest pasa a significar algo totalmente distinto. Monsieur Gainsbourg no ha perdido su lucidez...

Encuentro con Whitney Houston en el show de Michel Drucker:



Serge et Charlotte Gainsbourg: Lemon incest
(Love on the beat, 1984)


viernes, 4 de abril de 2008

La semana de... (III)


SERGE GAINSBOURG:
JE SUIS VENU TE DIRE QUE JE M´EN VAIS
Gainsbourg es elegante hasta para decir adiós

Es viernes. Podemos relajarnos, entregarnos a nuestro vicio cotidiano preferido, uno de esos vicios pequeñitos, mínimos, casi imperceptible, que a nadie molestan: un cigarro al anochecer, una copita de licor, un beso, una buena película... De fondo puede sonar Monsieur Gainsbourg con una de mis canciones favoritas. Algo tan simple como decir he venido a decirte que me voy.

En 1973 Serge Gainsbourg publica esta joyita en su disco Vu de l´extérieur. El artista ya es un mito y ya se permite en público todos los vicios y desplantes imaginables, porque hace lo que le da la gana. Porque él lo vale. Cuentan los expertos que Gainsbourg huía de la chanson y quería reinterpretarla, darle una vuelta de tuerca a través del tamiz del pop, la electrónica, en ocasiones el reggae, el rock. Yo creo que todos los franceses beben de la misma fuente, la reinterpreten o no, y si no, ¿por qué se parecen Dutronc, Brel, Dominique A, Gainsbourg...?

Por otra parte, muchos beben de ellos y si ya comentamos que Melody Nelson ha sido el disco de cabecera de muchos modernos anglosajones, si escuchamos este tema, o L´anamour, La javanaise o L´eau à la bouche, entenderemos mucho mejor de dónde salen Jarvis Cocker, Richard Hawley y demás.

Je suis venu te dire que je m´en vais es la historia de un adiós, car tu m´en as trop fait, "porque me has hecho demasiado". A veces, Gainsbourg se ponía serio y teñía su voz de una melancolía adulta, gris y triste, suponemos que la misma que le invadió cuando Birkin le abandonó. Y en esos momentos, surgen temas como éste, que por un instante te sumen en el silencio y en la reflexión más íntima. Porque no todo eran cigarros, drogas, birkin y jadeos.


jueves, 3 de abril de 2008

La semana de... (II)

SERGE GAINSBOURG: L´HISTOIRE DE MELODY NELSON
Gainsbourg encuentra a Lolita

En plena década de los 60, Francia vive rendida al yeyé y Gainsbourg, tras haber probado con el jazz (su debilidad) con repercusión escasa, decide ganar dinero componiendo temas para estrellas emergentes. Su relación (profesional) con France Gall es seguramente la más rentable. Para ella hace temas como N´écoute pas les idoles, la estupenda Laisse tomber les filles (hoy revitalizada gracias a April March y Tarantino) y la archiconocida Poupée de cire, poupée de son, ganadora de Eurovisión y hit de todos los tiempos, que la Gall cantó con apenas 20 años. La letra habla sobre una muñeca que no sabe del amor y refleja su inocencia en sus canciones, un texto que ha tenido miles de interpretaciones, desde el plano sexual hasta una metáfora de la industria discográfica. Lo cierto es que Gainsbourg nunca escribió una canción en la que no hubiera que leer entre líneas, ni siquiera sus éxitos yeyé. Esto le jugaría una mala pasada a la Gall, una estrellita post-adolescente tutelada por su padre, cuando cantó Les sucettes. Algo que hoy en día nos parece obvio (a Annie le gustan las piruletas de anís -pronunciado "annie"-, les dan a sus besos sabor a anís, Annie está en el paraíso con ellas, chupándolas con su lengua) por aquel entonces no se lo pareció a los Gall y cuando la jovencita inocente comprobó horrorizada la interpretación que recibía su canción, llegó incluso a retirarse una temporada para superar el disgusto. Gainsbourg y ella nunca perderían la amistad.

Divorciado ya de su primera mujer, Serge empieza a ganar francos y popularidad. Conoce a una jovencísima y explosiva Brigitte Bardot, con quien vive una aventura corta pero intensa, que le da incluso para grabar un disco, Initials B.B.. También le regalará varias canciones. En el 67 llegará el amor de su vida, su musa y la que nunca le abandonaría, incluso divorciados. Jane Birkin era una veinteañera londinense de familia muy acomodada que participó en Blow up fugazmente gracias a su espléndido físico y se movía como pez en el agua en el famoso swingin' london. Tras divorciarse (con unos 20 años) del millonario compositor John Barry (Tiburón) llega a París para pasarlo bien y dedicarse a la farándula y allí, a finales de los 60, conocerá a Gainsbourg en un rodaje. El flechazo es inmediato y de nuevo el caballero orejudo le dedica un álbum a su musa: 69, année érotique. Sobran las explicaciones.

Gainsbourg y Birkin se convierten en la pareja más ardiente de la época. Destilan sensualidad, provocación y belleza y a la vez muestran un amor fuerte e intenso. Gainsbourg había grabado un tema sexualmente muy explícito con B.B. pero ésta le pidió que lo guardara, de manera que finalmente sería Jane la que jadeara con tanto empeño en Je t´aime, moi non plus, un escándalo de la época y un título muy en la línea del feo socarrón. En 1971, inspirado por la Lolita de Nabokov, Serge publica el que está considerado "primer álbum conceptual", L´histoire de Melody Nelson, una obra en la que encadena siete canciones alrededor de la pasión y desengaño de una menor, Melody Nelson. Quién mejor que la impresionante Jane para dar vida a este disco en imágenes.

De este disco han dicho que es un poema sinfónico y está considerado uno de los más influyentes de la historia del pop, del rock o de lo que sea. De algunas canciones se han hecho decenas de versiones, a cargo de los modernos más modernos de nuestra época.

Gainsbourg lo ha conseguido: se ríe del mundo derrochando vicio.

1. MELODY



2. BALLADE DE MELODY NELSON



3. VALSE DE MELODY



4. AH! MELODY



5. L´HOTEL PARTICULIER



6. EN MELODY



7. CARGO CULTE

miércoles, 2 de abril de 2008

La semana de...

MONSIEUR GAINSBOURG CUMPLE 80 AÑOS

Dicen que John Wayne dejó escrito un epitafio en español que nunca llegó a inscribirse en su lápida y que rezaba "Feo, fuerte y formal". Si Serge Gainsbourg necesitara un epitafio yo le diría "Feo, fuerte e informal" aunque probablemente Monsieur Ginsburg (que así se apellidaba en realidad, Lucien de nombre) se reiría de mí, mirándome con sus ojos llenos de vicio tras una nube de humo y murmuraría algún improperio. Y con toda seguridad, yo caería a sus pies.

Como cayeron todas las impresionantes mujeres que Serge Gainsbourg atesoró en su vida, todas se rindieron a sus encantos aunque no necesariamente compartieran cama con él. La Birkin, la Vartan, Hardy, Gall, BB, Marilou... Para todas ellas, Serge quiso tener un detalle, les regaló su amor en forma de canciones y las subió a lo más alto de sus altares personales, hasta para su propia hija tuvo algo de esta generosidad, rozando los límites, como siempre, y provocando a las mentes bienpensantes. Y las adoró, como sólo él supo, fue un perfecto caballero con todas tal y como recuerda la mujer que le rompió el corazón, la hermosa Birkin. También Bardot lo sabe, ya que ella grabó la primera versión del Je t´aime... con apenas 20 años y le suplicó que nunca la editara. Él, aunque ya no estaban juntos, siempre respetó los deseos de su musa y grabó el tema con la Birkin, de quien tenía retratos enormes por toda su casa, según cuenta Françoise Hardy, que hizo suyo el genial Comment te dire adieu.

Gainsbourg encarna la canallesca inteligente, el charme de alguien que no tiene ningún encanto, la ironía del que no se respeta ni a sí mismo ("si yo fuera Dios, sería el único que no creería en mí") y el talento, que le llevó a reconvertirse cientos de veces, con mayor y menor fortuna, pero provocando siempre un alud de comentarios a su paso. Gainsbourg, un emigrante que encarna a Francia y su cultura y a la vez, para desquicio del país vecino, es un icono que siempre renegó de mayo del 68 y que representa la moral del libertinaje y el desprejuicio. Por otra parte, ¿se puede ser más francés?

Hoy el bueno de Serge cumpliría 80 años y estos días se publica una biografía suya bastante acreditada (lo que me recuerda que tengo otra no tan acreditada sobre mi mesilla esperando ser devorada). Sería imposible dedicar un post o cien a este genial creador, siempre se quedaría algo por explorar de su personalidad fascinante y arrolladora. Y no todo es rescatable, vaya por delante que no me interesan en absoluto sus flirteos con el reggae y que he oido tantos millones de veces el Je t´aime, moi non plus que he llegado a aborrecerlo. Sólo quiero rendir mi pequeño homenaje anónimo a las canciones que más me gustan y que reflejan sus muchas vertientes creativas o incluso rasgos de su carácter. Un hombre que dijo de sí mismo "mi madre era guapa, mi padre también, no veo de dónde viene mi fealdad, quizás de mi perro" o que amó intensamente, con el corazón y otros órganos, a sus mujeres, bien merece un proyecto arriesgado, pero muy justificado.

Comenzamos la semana de Monsieur Gainsbourg.


MIÉRCOLES: LE POINÇONNEUR DES LILAS
La chanson del proletario.

Ésta es la primera canción que escuché en toda mi vida de Gainsbourg, cuando nunca había oído hablar de él. Ni siquiera me enganchó entonces, sólo una década más tarde me enganché a todo lo que este hombre representa. Quizás no estaba preparada.

Le poinçonneur des Lilas hace referencia a la labor de un trabajador en la estación de metro Lilas, donde su única ocupación consiste en perforar los billetes de los viajeros. J´suis le poinçonneur des Lilas, le gars qu´on croise et qu´on ne regarde pas, así comienza su crónica de lo mediocre y la infelicidad: soy el perforador de Lilas, el chico al que se cruzan pero nadie mira, condenado a hacer agujeros (des petits trous) metido en un agujero. Et sous mon ciel de faillance, je ne vois briller que des correspondances: bajo mi cielo de fracaso sólo veo brillar los trasbordos.

Gainsbourg, casado desde joven con una respetable y rica heredera, ha permanecido en la sombra, haciendo arreglos y textos para músicos de clubs, hasta los 30 años, cuando se descubre su talento como letrista y, animado por sus compañeros, lanza su primer álbum, Du chant à la une, a finales de los 50. En él se incluye este tema, muy popular en Francia. Llegan la fama, el divorcio y el desenfreno. El joven orejudo y taciturno está a punto de dar paso a la leyenda.