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martes, 11 de noviembre de 2008

Me, myself and I

LOS ENEMIGOS: QUÉ BIEN ME LO PASO
Me sé hacer de todo, de todo todito


Hay unas cuantas cuñas de radio que escucho a diario últimamente que me llaman la atención y ésta es una de ellas que, cómo no, me recuerda a una canción. Un poquito de humor para afrontar la semana.

Legañosa y medio dormida, por las mañanas frente al espejo oigo cómo dos coches chocan y uno de los conductores se preocupa por el accidente mientras el otro le quita importancia con insistencia. "¡Pero hombre! ¿Cómo que da igual?" Entonces una voz sentencia y da la clave para entender la situación: "Si tu vida sexual va bien, todo lo demás no importa". Toma ya. Ojos como platos con cierta mueca de incredulidad. En cualquier caso, ¿a alguien se le ocurre mejor manera para despertarse?

Como no se consuela el que no quiere, me viene a la cabeza ese canto al onanismo en forma de blues que firmaban los Enemigos hace nada más y nada menos que 20 años. Tuve la suerte de ver a Josele retomar este tema en la gira de su primer disco, una única vez, pero todos sonreímos al escucharlo. Ya se sabe, deshago la cama sin tu amor, me quito el pijama sin tu amor, qué bien me lo paso con mi almohada.

¿Qué se han creído los publicistas de radio? ;)


Los Enemigos: Qué bien me lo paso (Un tío cabal, 1988)



domingo, 21 de septiembre de 2008

Un mini-momento

LOS ENEMIGOS: ENTONCES DUERME
Quiero que sueñes conmigo


(Dedicado a Ámbar, co-protagonista de la historia) ;)

En la vida hay momentos, momentazos, momentos inolvidables, días anodinos y entre muchas otras variantes, hay mini-momentos. Son instantes, breves lapsos de tiempo, en los que sucede "algo" que sólo el ojo observador capta, la mente que está predispuesta a visionar fugaces cortometrajes en cualquier momento. Y cuando eso ocurre, uno sonríe con satisfacción, sintiéndose cómplice de sí mismo. Las canciones ayudan mucho a que esto suceda.

Hace tiempo que quería hablar de la canción que encabeza este absurdo rincón para las reflexiones pero nunca pensé que se daría la ocasión como se dio, sin ir más lejos este verano. Hoy, domingo de cielo encapotado, creo que primer día de otoño, es la fecha apropiada para compartir este mini-momento que permanecerá grabado en mi memoria.

Domingo 10 de agosto, en un pueblo de veraneo de una ciudad costera, mediterránea para ser más exactos. Edificios enormes de apartamentos construidos entre los 60 y los 70, un paseo raquítico que quiere invitar al ocio, gentes que van y vienen con bártulos de la playa, niños correteando y terrazas de bares tirando a cutres frente a un puerto náutico que pretende ser más grande de lo que es en realidad. Motos acuáticas y barcas aparcadas mientras empieza a correr la brisa y el sol va desapareciendo. Turismo de playa en su máxima expresión.


Dos mujeres están sentadas frente al puertecillo, charlando de cosas intrascendentes con una cerveza entre las manos. De repente, de aquel bar que parece un chiringuito de obra salen unas notas y empieza a escucharse esta canción, para deleite de una de ellas que primero dice "no, no puede ser" y enseguida empieza a sonreír con un brillo especial en la mirada. Y sí, es la voz de Dios, es decir, de Josele Santiago, entonando el clásico de Rosendo grabado para el disco-tributo al de Carabanchel. Cuando va a pagar descubre que el antro no es lo que parecía y en su barra se acodan un montón de viejos rockeros, de esos que nunca mueren, que cantan felices la canción. Sus voces atronan a los veraneantes.

Ella paga las cervezas y sonríe, y todos la miran igualmente sonrientes, entendiendo la extraña comunión que se acaba de producir. Y cruza su frente alguna buena canción.

"Éso" es un mini-momento. :)

Los Enemigos: Entonces duerme
(Agradecidos...Rosendo, 1997)




PD: Josele Santiago publica mañana su tercer lp en solitario, Loco encontrao

Feliz domingo. :)

martes, 4 de marzo de 2008

Estar sin estar

LOS ENEMIGOS: ESTÁS (CUANDO TE VAS)

Hay quien está sin estar. De hecho, hay quien sólo está cuando se va, porque sentimos su presencia una vez se ha materializado su ausencia. Hay quien está y en realidad nunca está, porque notamos su mirada lejana y su mente a kilómetros de nosotros. Cuando vamos a cogerle la mano, ésta se desliza o parece la de otra persona, incluso parece nuestra propia mano cuando está dormida y la creemos ajena. Buscamos una mano y nuestro puño se cierra sin conseguir atrapar más que aire.

Muchos me han preguntado ya "Ms. Dumont, ¿por qué todavía no ha hablado de Los Enemigos? ¿Por qué, si son el mejor grupo de rock español de los 90 y de los mejores de la historia? ¿Por qué, si algunas canciones suyas son capaces de atraparle las entrañas hasta dejarla sin aliento?" Bueno, el tiempo es largo y la red es infinita, contesto siempre, ya vendrán canciones de Los Enemigos. Aquí va la primera. Y no crean que no he tardado en encontrarla en la web pero por fin, ayer sucedió y la emoción casi me impidió respirar. Todavía me estremezco cuando veo a Josele, años atrás, y se desencadena en mi mente una tormenta de recuerdos.

En 1996 Los Enemigos firman uno de sus mejores discos, Gas, y en él incluyen la que para mí está entre sus cinco mejores canciones, por no decir que es la mejor. En Tengo una casa, la peli de Mónica Laguna en la que Josele y los suyos ponían la banda sonora, Nancho Novo está solo en su casa, confuso por el amor de una mujer que se le resiste, y pone en su tocadiscos esta canción. Silencio, que nadie hable, canta Josele.

A menudo recurro a este tema. Da igual lo que me pase por la cabeza, si me siento un poco perdida escucho este baladón y me reconforta, porque habla de ausencias, de recuerdos, de insomnio y de palabras que ya no significan nada. Es más, Los Enemigos recuperan esta canción en sus Obras escondidas, segundo testamento musical en directo tras su separación, y casi me quedo con esa versión, en la que la voz de Josele está más rota pero más sentida que en el estudio.

Nunca sabré muy bien de qué habla esta canción. No llego a saber si él se siente ausente en una relación que toca a su fin, o si es ella la que no está aunque esté. Me quedo con el lamento dolorosísimo: ¿qué hay que decidir? estar solo o estar sin ti. Porque a veces estar con alguien no es lo mismo que estar acompañado y uno puede estar en la más absoluta soledad aunque alguien a su lado intente hacerle una caricia. O quizás uno está solo porque la persona que tiene al lado no le dirige apenas una mirada, quizás es esa persona la que cuando está, se va. En el fondo, creo que la confusión de esta letra está estudiada a fondo (¿es que Josele alguna vez ha dejado algo al azar?) y no es más que la confusión reinante en la vida y en las relaciones. No se sabe quién es quién, quién daña a quién y quién debería dar un paso hacia no se sabe dónde.



LOS ENEMIGOS: ESTÁS (CUANDO TE VAS)
Gas - 1996


No lo pienses tanto,
ni sé dónde ni sé cuándo.
Ya me aguanto,
sin despertar me levanto

¿Por qué no puedo dormir?
¿Por qué no sé qué decir?
Y... ¿qué hay que decidir?
Estar solo o estar sin ti.

Mira que lo intento
¿Sabes?, lo llevo muy dentro.
Ni veo el momento,
ni sé si es que me lo invento

¿Por qué no puedo dormir?
¿Por qué no sé qué decir?
Y... ¿qué hay que decidir?
Estar solo o estar sin ti.

Estás cuando te vas,
y te vas cuando estás,
estás cuando te vas,
cuando no estás si estás te vas.

Estás cuando te vas,
y te vas cuando estás,
cuando te vas,
y si estás te vas.

No lo pienses tanto
ni sé dónde ni sé cuándo.
Ya me aguanto,
sin despertar me levanto.

¿Por qué no puedo dormir?
¿Por qué no sé qué decir?
Y... ¿qué hay que decidir?
Estar solo o estar sin ti.

¿Por qué hay que decidir?
Estar solo o estar sin ti.
Estar solo o estar sin ti.

Estás cuando te vas,
y te vas cuando estás,
estás cuando te vas,
cuando no estás si estás te vas.