Esta semana ha sido agotadora, mentalmente y físicamente, con una vuelta al trabajo precipitada, un puñado de horas extras para terminar una entrega y disgusto compañeril incluido. He sobrevivido porque llevaba la cabeza llena de Cohen y Morente, si no, no lo cuento. El caso es que, cuando vislumbro un par de días de descanso y sol, y más a lo lejos las ansiadas vacaciones, vuelvo a mis amigos, al G5, a la canción que tantas veces me ha hecho saltar y brincar. Mis amigos, a los que descubrí de casualidad una noche de junio sobre un escenario y a cuyos pies caí rendida al instante.
Así que para un viernes de sueño y un fin de semana de verano total, Perdío, y prueben a canturrear eso de yo quiero encontrar la felicidad y olvidar el olvido, yo quiero soñar como un esquimal sin morirme de frío. Va por ustedes. :)