jueves, 4 de agosto de 2011

Nuevos usos y costumbres musicales III

THE BEATLES: HERE COMES THE SUN
It's been a long cold
lonely Winter


#3. Música en streaming: siempre puedes poner libros o macetas en las estanterías.

Quiero hacer un pequeño homenaje a mi padre en este post, pero sin dramas ni tristeza como en otras ocasiones. Mi padre murió hace 11 años y ésa es mi medida de tiempo para calcular cómo ha cambiado "todo" en cuanto a tecnología y formas de vida, porque a partir de aquel momento la revolución avanzó a pasos agigantados, con la firme decisión de que nada tuviera marcha atrás.

Mi padre fue a uno de los dos míticos conciertos de los Beatles en España, concretamente al de Madrid, con un amigo en un 600. Presumía como es lógico de aquella hazaña y, como también habrán deducido, profesaba un apasionado amor a la banda de Liverpool. Uno de los deseos de mi padre era reunir toda la discografía de los Beatles, ya que tenía vinilos sueltos, para tenerlo todo localizado y archivado. Un día un amigo suyo se hizo con el botín en CD y mi padre procedió a copiarlo todo en cassetes, cuidadosamente rotulados y guardados en una caja (los Dumont somos así) y aquello se convirtió en un preciado tesoro. Por supuesto, las copias en CD eran algo ilusorio y no digamos ya todo lo que vendría después.

Con la música en streaming se ha perdido la necesidad de atesorar discos, pero en general música. La pregunta ya no es "¿cuánto hace que no te compras un disco?" sino, "¿cuánto hace que no te bajas/descargas un disco?", porque quién quiere desperdiciar megas de memoria si en Spotify está todo lo que uno pueda desear, al instante. Y ni siquiera hace falta cargar con el ordenador, uno lleva en el móvil todo lo que necesita. ¿Estamos ante el fin de una era? ¿Se acabaron las carátulas, los libretos e incluso los reproductores de mp3? ¿Qué será lo próximo?

En mi casa todavía conservo una pletina de cassette y el otro día hice limpieza y criba de cintas. Y lo encontré. El tesoro de mi padre, la niña de sus ojos, la culminación de un sueño: un montón de cassettes con toda la discografía de los Beatles. Y qué quieren que les diga, no lo pienso tirar, por nostalgia y porque tengo la inquietante sospecha de que en algún momento todo va a estallar y el mundo dejará de girar tan rápido y las cosas volverán a su ser y entonces vendrán ustedes a buscarme para que les deje escuchar mi cintas de los Beatles y lo haré gustosamente.

Ah, lo olvidaba, tampoco tiraré mis cassettes porque hasta el momento los Beatles son los grandes ausentes de Spotify, que no de otras webs de streaming. No todo está perdido. :)

Por cierto, el siguiente objetivo de mi padre, nunca cumplido, era hacerse con la discografía de Elvis.

1 comentario:

Knuckle Cornelia dijo...

Hola Margaret,

Hace ya muchos meses leí esta entrada en su blog y me pareció realmente conmovedora. Siento, la pérdida de su padre, seguro que fue un buen hombre.

Hoy me ha llegado, por uno de esos sistemas modernos, un enlace firmado por el gran Diego Manrique que me recordó el entrañable momento que viví leyendo este texto y me he visto en la obligación de compartirlo con usted. Se trata de la siguiente URL:

http://cultura.elpais.com/cultura/2013/09/26/actualidad/1380219002_701371.html

Imagino que la intención final era, y es, la de promocionar la remasterización, en formato CD, de la discografía de los FAB 4 que este periódico saca a la venta en breve. Jamás le llegará a la suela de los zapatos al sonido 100% analógico de las primeras ediciones (tanto en vinilo como en cinta) sobre todo si a esa escucha se suma el recuerdo de un ser querido.

Siga disfrutando muchos años de esas cintas señorita Dumont y no descuide el blog, que a buen seguro no soy el único acólito que está deseando conocer más sobre su manera de ver la vida y la música (si tiene que ser mediante podcast haremos el esfuerzo).

Un cordial saludo y todos los ánimos del mundo para que su motivación no decaiga.

Se despide atentamente,

Mr. Knuckle Cornelia