viernes, 12 de diciembre de 2008

Moda y meditación

UN PINGÜINO EN MI ASCENSOR: MODA Y MEDITACIÓN
Cien mil lamas meditan vestidos por Don Algodón


Tengo algunas canciones que he ido apuntando en una listita (sí, qué pasa, estoy enferma) que seguro nos van a deparar buenos momentos en lo que queda de año o en el que está por venir. Pero hoy he decidido improvisar con una canción que me encanta desde hace más de una década. La semana pasada he leído en un blog de la competencia un "interesante" dato sobre ella, una de esas anecdotillas ideales para tertulias entre frikis o conversaciones insustanciales de café.

Esta canción se incluye en el brillante segundo trabajo de Un pingüino en mi ascensor y en ella José Luis Moro (que hoy tiene en su haber todo un Premio Nacional de Publicidad) vuelca sus obsesiones, que de hecho impregnan todo el disco: el amor/odio a la publicidad, la importancia de la imagen en nuestra sociedad y cierta crítica socarrona a la superficialidad que impregna la vida de todos. Creo que una de las muchas cosas que diferencia a Moro de otros escritores de canciones, y sin duda es por esta diferencia por lo que yo lo amo, es que cuando se ríe de la sociedad, de nosotros, lo hace incluyéndose en el saco. Ya sé que parece lógico, si criticas la trivialidad del mundo irremediablemente debes verte reflejado en ella, pero aunque sea de Perogrullo, todos hemos oído esos textos soporíferos anti-sistema o pro-loquesea, en los que el denunciante siempre se mantiene al margen o más concretamente, un palmo por encima del suelo. Qué tranquilidad ¿no?, la de saber que nunca pisas la mierda de la que te ríes...

Bueno, reflexiones punzantes al margen, esta canción es la absurda (porque esa es otra, José Luis Moro nunca tiene pretensiones de nada) historia de un lama moderno, con ideas progresistas que descubre la redención en la moda y, una vez ha convertido a todo el "lamasterio", vuelve a los hábitos y consigue convertirlos en tendencia: el hábito no hace al lama pero favorece un montón. :'DD

Todo ello, a golpe de organillo y voz nasal, con un ritmo frenético, como no podía ser de otra manera. Y con referencias a la época: Pepe Barroso, Don Algodón, los paramecios... Nos encontramos de nuevo con Jota Jota, un personaje basado en un amigo fallecido del Pingüino, que ya protagoniza otra de las canciones de este lp. ¿El dato de tertulia? Ah sí, lo olvidaba. En 1985 Los Nikis, coetáneos y coleguillas de Moro, publicaban el hit Mi chica se ha ido a Katmandú en su mini lp Olaf el vikingo. En esta canción narraban la historia de la novieta (una chica muy punk con el pelo teñido de azul) que se larga al Himalaya a hacer yoga con los lamas. De manera que el Pingüino, en su historia de lamas fashionistas (uy, ¡esta palabra no existía entonces!) hace el siguiente guiño a Emilio, el cantante de Los Nikis: después de cuatro años por fin Emilio está contento, su chica volvió de Katmandú y le pidió perdón. Un guiño que he tardado 20 años en averiguar y hoy siento que se cierra un círculo. Un círculo de lamas, moda, meditación, publicidad y nostalgia ochentera.

Feliz (y pingüinero) lunes. :)

PD: Por las canas del Pingüino (y los kilos de Mario Gil) verán que la actuación es reciente, aunque suenan igual de frescos, en todos los sentidos. Lástima que este hombre sólo haga directos para entretenerse por discotecas madrileñas porque yo sería de las de gritar toooooodas las canciones en primera fila. Algún día llegará mi momento.

Un pingüino en mi ascensor: Moda y meditación
(El Balneario, 1988)




En el alto Himalaya reina la incertidumbre
porque en el Lamasterio hay un nuevo superior.
Es un lama moderno con ideas progresistas,
se llama Jota Jota, es un lama español.

Hoy se ha mirado al espejo
con su hábito marrón:
no se llega a ningún lado
con ropa de ocasión.

Esta Orden está en decadencia, voy emprender la reforma,
quiero una nueva imagen, quiero un nuevo color.
He enviado un telegrama a Pepe Barroso
viene en el vuelo de las siete con su nueva colección.

Búscame un jersey bonito,
me gusta ese pantalón,
dame algo que dé el cante
quiero llamar la atención.

Es un pájaro o es un avión?
No, no, no, no, no...
Cien mil lamas levitan
vestidos por Don Algodón.
Paramecios, palmeritas
moda y meditación.

John Lennon ya no canta, se operó de la garganta.
Los hippies se mudaron a una comuna en Alcorcón.
El yeti se ha rehabilitado, ya no asusta a nadie,
se ha ofrecido de guía a la última expedición.
Rajib Ghandi en su palacio
sonríe con satisfacción,
esto va a atraer turismo
qué gran inversión.

Después de cuatro años, por fin Emilio está contento,
su chica volvió de Katmandú y le pidió perdón.
Y Jota Jota-Esquilache se contempla en el espejo:
el hábito no hace al lama, pero favorece un montón.

Enviados especiales,
corresponsales de televisión,
se han convertido al budismo
creen en la reencarnación

¿Es un pájaro o es un avión?
No, no, no, no...

1 comentario:

Harpo dijo...

¿Jota Jota?, jaja... Yo no veo que sea absurda, todo lo contrario. Y hablando de subir unos palmos del suelo, ahí están esos lamas levitantes... :P