viernes, 22 de junio de 2007

Yo creo en el Ayer...

Según mi mitología personal, todos pertenecemos a un bando que dice mucho de nosotros: o eres de los Beatles o de los Rolling, o simpatizas con el Barça o con el Madrid, o te gusta Marilyn o Audrey. Así de sencillo. Como el bien y el mal.





Dentro de estos bandos universales cabrían subdivisiones, porque puedes militar en los Beatles y ser de Lennon o de McCartney, por ejemplo. Y yo soy de éste último. La militancia en el McCartnismo, por lo menos durante mi infancia, significaba estar del lado inspirado y sensanto de la vida y no del de la genialidad vanidosa y pasada de rosca. O eso interpretaba mi cerebrito de niña pequeña al observar que mi padre era "de" Paul. Si mi padre prefería a Paul, al Barça o a Marilyn, eso debía de ser lo correcto. ¡La vida no tenía más misterio!




Las divertidas leyendas sobre la muerte de McCartney no son ciertas. Pero quien sí murió fue mi padre, hoy hace tres años. Como la propia Margaret cuenta en este precioso blog, existe un macabro club donde sólo entra quien pierde a alguien muy cercano. Tan cercano que forma parte de tus entrañas, vamos, ahí donde se agarra el dolor.



Pero si el dolor se queda para siempre, también lo hacen los buenos recuerdos, faltaría más. Y mientras yo creía que las canciones se desgastaban de tanto oirlas, a mi padre, si un disco le gustaba de verdad, nunca se cansaba de escucharlo. Por eso quiero volver a poner Yesterday: le seguiría pareciendo extraordinaria, todavía.



Otro día hablaremos de la pinta de lechuguino de Paul en este vídeo, y de esa forma tan cursi de tocar la guitarra... Hoy lo que siento es lo que dice esta letra, que no necesita traducción.



Gracias querida Margaret por escucharme. Cuantas ganas de llorar...









Yesterday,

All my troubles seemed so far away,

Now it looks as though they're here to stay,

Oh, I believe in yesterday.



Suddenly,

I'm not half the man I used to be,

There's a shadow hanging over me,

Oh, yesterday came suddenly.



Why she Had to go I don't know,

she wouldn't say.


I said, Something wrong,

now I long for yesterday.



Yesterday,

Love was such an easy game to play,

Now I need a place to hide away,

Oh, I believe in yesterday.


Why she Had to go I don't know,

she wouldn't say.

I said, Something wrong,

now I long for yesterday.



Yesterday,

Love was such an easy game to play,

Now I need a place to hide away,

Oh, I believe in yesterday...

3 comentarios:

Margaret Dumont dijo...

Mi querida Beita Twinset: Sólo puedo decirte que nadie entiende el verdadero significado de la vida hasta que no entra en el club. Es una mierda, que no hemos elegido, pero es así. Saquemos partido a esta visión "privilegiada" de las cosas.

Ah, y te hacemos contrato indefinido como bloggera!! ;)

Margaret Dumont dijo...

Ah, POR CIERTO, en mi casa siempre fuimos de Lennon, jajaja, ya sabes, vanidosos y pasados de rosca. C´est la vie!

Beita Twinset dijo...

Has olvidado la palabra "genio", jaja, lennon lo era.

Ya te contaré cómo se me pusieron los pelos de punta delante de su piano blanco en el museo de Liverpool. Bueno, y ya sabes que siempre me opuse al segundo matrimonio de Paul... el corazón y el alma sólo se entregan una vez!