viernes, 15 de febrero de 2008

Viernes de respeto

UN PINGÜINO EN MI ASCENSOR:
ATRAPADOS EN EL ASCENSOR


Explicar las cosas que se dan por sobreentendidas. Qué aburrimiento. Es el signo de los tiempos en los que vivimos, la gente desperdicia horas (cada palabra que pronunciamos supone una pérdida de oxígeno, no lo olvidemos) dando explicaciones absurdas de lo que antes no se explicaba porque no hacía falta. Ni siquiera ahora hace falta pero caemos en ese error, nos pasamos el día justificándonos.

- "No estoy de acuerdo pero te respeto": ¡no te jode, sólo faltaba que no me respetaras!
- "Trabajan como chinos, con perdón de la expresión": pero si los chinos dentro de poco nos mirarán por encima del hombro
- "No canto La mataré por respeto a las mujeres maltratadas": ¿Y antes? ¿Te reías en su cara?
- "El señor Aznar se merece un respeto, aunque no comparto sus ideas": cansiiiiiino, ya intuimos que no las compartes...
- "Hola, amigos y amigas, hoy hablaremos de los jóvenes y las jóvenes": zzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzz

Cuando yo era pequeña, mis amigas de colegio de monjas decían "hostia, con perdón de Dios" y cuando lo rememoro ahora me parece de un rancio tan grande que me río, no sé ni cómo no pude darme cuenta entonces. Pero resulta que ahora cuando contemos un chiste de Lepe, tendremos que pedir perdón al colectivo de personas de tan respetable municipio. Ufff, qué aburrimiento, se me abre la boca para bostezar sólo de pensarlo...

En fin, tengo la absurda teoría de que detrás de la palabra INTELIGENCIA se esconden las personas que no se justifican a cada paso que dan, las personas que no se esfuerzan por mostrarme su respeto porque eso es como una condición si ne quanon para sentarnos a hablar, desde luego yo no voy a gastar oxígeno en forma de palabras para mostrarle mi respeto a la persona con la que me dispongo a dialogar. Máxime, cuando esa persona que te dice que te respeta (por otra parte, ese paso siempre es previo a un ataque sin piedad de las opiniones ajenas) vive en un mundo de topicazos, desprecios, machismos, feminismos, discriminaciones y sin sentidos en el que es feliz. Ah, pero te respeta. Pues qué bien.

Tengo también la (más absurda todavía) teoría de que José Luis Moro es un tío inteligente. Mucho. Y divertido, ingenioso, creativo, desacomplejado por completo. José Luis Moro, o lo que es lo mismo, Un pingüino en mi ascensor, grupo al que idolatro desde que tengo 12 años y que hoy me viene bien para encarar el fin de semana, con uno de sus singles más exitosos: Atrapados en el ascensor. Ya saben, la historia del vecino que encierra a su vecina en el ascensor porque se la quiere tirar, a ritmo de organillo casero y con esa voz nasal delirante que tiene Moro. El que se sienta ofendido por esta letra (oooh, habla de una violación...), que envíe un fax a dios sabe dónde.

Con todos mis respetos, feliz finde. ;)

UN PINGÜINO EN MI ASCENSOR:
ATRAPADOS EN EL ASCENSOR
(El Balneario, 1988)




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