jueves, 20 de mayo de 2010

Bajo la ciudad

SERGE GAINSBOURG: LE POINÇONNEUR DES LILAS
Sous mon ciel de faillances,
je ne vois briller que des correspondances


Últimamente viajo mucho en metro, por motivos de trabajo. Desde mis tiempos de facultad no había vuelto a utilizar este medio de transporte y ahora lo hago más o menos una vez a la semana, siempre con el mismo trayecto: de mi oficina a un hospital y viceversa. Hago un transbordo, pasando de una línea moderna a otra de las antiguas, la misma que hace dos años causó un trágico accidente en el que murieron casi 50 personas.

La cuestión es que en el transbordo, en el recorrido entre tren y tren que apenas dura un minuto, hay una cafetería muy escondida, diminuta, con una barrita y un par de sillas. Les podría decir, si esto fuera una película americana, aquello de "donde sirven la mejor bollería de la ciudad" pero no llego a tanto. Sí es escandalosamente barata y cuando el tiempo me lo permite (y si no también, qué demonios) suelo pararme a tomar algo. El tipo que regenta el mini-bar es también pequeño y muy serio, sin concesiones al buen humor o a las sonrisas. Creo que es argentino.

Me resulta curioso sentarme en una de las sillas a masticar y tomar café mientras veo pasar a toda esa gente que me mira con cara de extrañeza. Deben de pensar que hay sitios más atractivos en el exterior pero a mí me gusta quedarme en esa especie de limbo entre trenes, entre recorridos, en mitad de la rutina. Y observo ese pequeño submundo, la cafetería minúscula y una tienda de caramelos enfrente, en la que casi nunca veo entrar a nadie.

Aunque no me gusta repetirme, es inevitable recurrir a Gainsbourg y Le poinçonneur des Lilas, ya saben, la miserable historia del revisor que vive atrapado entre paradas y transbordos y que sólo ve los agujeros de los billetes, pensando en un agujero por el que escapar algún día de su existencia gris. Hoy sonaba esta canción en mi Ipod mientras hacía mi trayecto habitual de metros y autobuses, con la cabeza en otro sitio y los ojos igualmente perdidos. Qué maravilla de tema, no me canso de oírlo, adoro a este hombre.

Feliz jueves.

2 comentarios:

polo dijo...

"Bajo la ciudad". Mmmm. Sugerente título.

Estamos llenos de submundos que, como indica su propio nombre, no se ven. Basta introducirse en ellos, vivirlos. Como cuentas tú.

Me parece que rectifico: creo adivinar de qué ciduad se trata.

Serge Gainsbourg merece siempre la pena. Qué aspecto de joven curioso presenta en el video.

La mejor bollería de la ciudad. ¿Por qué no?

El Cinéfilo Ignorante dijo...

Ando un poco con intriga: me gustaría una cartita tuya -creo que te escribí a la dirección correcta, ¿no?